Un Pucará al sur de Melipilla

Jerónimo de Vivar describe un asalto sobre un pucará indígena que realizaron las fuerzas de Pedro de Valdivia en mayo de 1542, al inicio de la conquista. Esta fortaleza estaría ubicada al borde del camino de Chocalán a Codigua, en un cerrito aislado denominado comúnmente Pucará (33° 43’ S, 71° 13’ W), frente al puente sobre el Río Maipo en la ribera opuesta a Melipilla, que es el más occidental de una línea de tres lomas que se disponen en sentido este – oeste.
Sobre este cerillo sobrevolé en mayo de 2002.
Dice Vivar: “a la entrada por donde el general entró y por la mayor parte alrededor era un monte bajo, por dentro del cual iba un arroyo de agua que allegaba a los estribos y siempre corría y estaba lleno y cercaba todo el sitio de la fuerza”
Este párrafo parece referirse al Estero Chocalán, que corre paralelo al Río Maipo para tornar al E al pie de la segunda loma. Transcurrido un tramo, vuelve a tomar sentido hacia el oeste para desembocar en el Maipo. En aquel tiempo se entendía por monte a la tierra inculta cubierta de árboles, arbustos o matas.
Prosigue Vivar: “Pasado este arroyo estaba un carrizal alto y demasiadamente espeso. Tenía un tiro largo de piedra de ancho* y el asiento era tan cenagoso que se hundían los caballos y atollaban hasta las cinchas, y tornaba en circuito todo el fuerte juntamente con el arroyo.”
Hacia en norte de las lomas se distinguen vegas. El predio que comprende estos terrenos se denomina precisamente “La Vega”.
Vivar continúa: “Y pasada esta ciénaga y carrizal estaba un campo pequeño, alto enjunto y llano. Aquí salían los indios a escaramuzar con los cristianos en este sitio. Y aquí estaba una alabarrada hecha de maderos gruesos, soterrados y juntos. Y de la parte de fuera de este palenque estaba un foso ancho y hondo más que un estado y casi estado y medio, y con la tierra que de él sacaron tenían fortalecido el palenque, muy enlatado y atado con bejucos, que son a manera de raices blandas y delgadas y atan con ellas como con mimbre.
Estaba tan bien hecho como pueden los españoles hacer una trinchera para defenderse de la artillería. Tenía de alto dos estados y más. Tenía esta albarrada o trinchera hechos muy bien tres cubos con sus troneras para flechar. Tenía toda esta fuerza y cercado sólo una puerta muy fuerte, angosta y no derecha. La entrada tenían de esta puerta los indios cerrada con muy fuertes tablones, que eran admirables de ver. Pasado este bastión estaba otra ciénaga angosta que tenía de ancho un juego de herradura**, y junto a la ciénaga una acequia de dos varas de ancho y honda que daba agua a los pechos.”
Existe un segundo arroyo colindante al cerro y cuyo curso corre paralelo a Chocalán y desemboca en el Estero Paredones. Hay varias acequias en torno al cerro.
Por Albarrada o Palenque se entendía una muralla de troncos o piedra como valla de defensa, en tanto que un Estado y la Vara eran medidas de longitud. El Estado tenía 1,9 metros y la vara unos 83 centímetros. Vivar está describiendo un foso y muro de madera.
Housse (1961) indica que cerca de la cumbre del Cerro Pucará existe un foso en forma de cintura de 1,5 a 2,0 metros de ancho y profundidad, que identificó como un foso defensivo.
Prosigue Vivar: “E todo lo dicho estaba en torno de un llano en el cual estaban los indios y tenían cien casas. En estas casas habitaba la gente de guerra con sus mujeres e hijos, y tenían mucha cantidad de bastimento”.
En 1974 la Sección de Antropología realizó excavaciones en el lugar, pero no encontraron evidencias de ocupación indígena en este recinto. Vivar da a entender que las casas estaban dentro de la fortaleza, a la que ellos pusieron fuego una vez tomado el fuerte.
Inmediatamente al sur de estas lomas se encuentra el poblado de Carmen Bajo (33° 43’ S, 70° 13’ W), de antigua data, que bien podría ser el pueblo del que habla Vivar.
Del sobrevuelo de la zona y de los mapas se deduce que la descripción de Vivar coincide mejor con alguno de los cerros al oriente del Cerro Pucará, pues son estos los que están rodeados por todas sus partes del Estero Chocalán, que despliega una gran S hasta desembocar en el Maipo. Asimismo Vivar no destaca los grandes acantilados que tiene el Cerro Pucará hacia el lado del Río.

* Unos 20 metros
** Unos 12 metros

Fuentes:
Stehberg R. 1976. La fortaleza de Chena y su relación con la ocupación incaica de Chile Central.
Jerónimo de Vivar. Crónica de los Reinos de Chile
Housse R. 1961 Pucaraes Incaicos en Chile Central.  Anales de la Academia Chilena de Ciencias Naturales N°24

Comentarios

  1. hola papa! estoy en computacion y me pediste que te posteara asique aqui vaa
    chaoo
    la eli

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